POR GISSELLE MORÁN / MIGUEL PERAZA
En la poesía espacial de hoy en día son muy pocos los que trascenderán las trasgresiones del tiempo, pues además habrán de resistir el juicio histórico de los que aún están por llegar. De los seres dedicados al análisis y construcción de formas espaciales, cuenta hoy la humanidad con un artista de enorme genio, que como un verdadero renacentista, combina la ingeniería, la escultura, la ciencia y la arquitectura, construyéndose a sí mismo y para los demás un universo que lleva por nombre Santiago Calatrava.
En el mundo es conocido simplemente como Calatrava, habitante de la aldea global, tuvo a bien nacer en Valencia, España, hace apenas 58 años, estamos hablando de 1951. Desde pequeño su vida estuvo ligada al arte - nunca he dejado de dibujar- expresa el maestro, confirmando así; desde que era niño me sentí feliz tomando un lápiz y echando líneas en cualquier soporte. Fui, en ese sentido, un dolor de cabeza para mis padres, pues solía pintar hasta en las puertas de los vecinos. Desde del inicio su vida ha estado volcada hacia la construcción del espacio, el dibujo y las formas, lo que lo ha llevado a desarrollar lo que llamamos arquitectura, dicho sea de paso, en el mundo entero existe mucha construcción y muy poca arquitectura, si comprendemos a ésta como una expresión de las bellas artes.
Entre algunos datos biográficos que nos ayuden a comprender al personaje podríamos citar su interés en la adolescencia por la pintura, cuando era estudiante en la Escuela de Artes de Valencia. Sin embargo a la edad de 18 años comprendió su pasión por la disciplina de la arquitectura e ingreso a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, en donde transcurrieron sus siguientes cinco años. Al finalizar esta etapa, Calatrava decidió estudiar ingeniería civil, e ingreso al Instituto Federal de Tecnología, en Zúrich, complementando así su formación académica pero no su pragmatismo que hoy nos sigue demostrando.
Su praxis, es decir, su saber y hacer descrito por él mismo confirman que sus obras pertenecen a lo que él llama como “racional”, enfocándose principalmente a la estructura; en la parte física, en donde logra que los objetos se mantengan de pie, más aún un edificio, lo que lo vincula de manera intrínseca a la geometría cósmica, sin olvidar la relación humana que en definitiva serán quienes la ocupen, esto es, no sólo para habitarlo por necesidad, sino más bien para disfrutarlo como un bien común, un bien de todos, no sólo para quien lo vive por dentro sino para toda persona que lo transita, creando arquitectura de paisaje y atmósferas únicas e irrepetibles, pues cada una de sus obras cobra este sello, que sólo lo pueda dar la creatividad genial.
Torre Turning Torso en Malmo, Suecia.
Es el edificio residencial más alto de Suecia.
La repetición de las formas aparentes no es otra más que la que viene de las mismas repeticiones de la propia naturaleza, cambia la manera de ordenar, lo que trae consigo el misterio de la creatividad. Cuando se trata de arquitectura necesariamente estamos hablando de obras con alma, es decir, que están animadas por su autor. Las obras nos permiten, por lo tanto hablar de ritmo, armonía y movimiento espacial, nunca imponiendo su voluntad sino proponiendo su espiritualidad a la comunidad.
Mencionemos algunas de las obras como: el Pabilón Quadracci o, la nueva adición al Museo de Arte de Milwaukee, muy características, ahora bien, desde sus primeras incursiones, Calatrava ha sido reconocido por sus audaces formas orgánicas, baste revisar la ahora icónica Torre de Telecomunicaciones en Montjuic de Barcelona, su trabajo lo coloca en vida como un consagrado internacional, lo que promete nuevos retos y más obras en el futuro inmediato, lo que seguramente nos permitirá disfrutar de sus nuevas propuestas.
Auditorio de Tenerife Blaue Stunde, España.
Las más recientes comisiones le han permitido explorar su arista más extravagante, la cual se puede apreciar en obras como el ya mencionado Pabilón, que demuestra una exploración avant-garde hacia nuevas capacidades tecnológicas y de innovación en las formas estructurales.
Calatrava visto desde el ángulo ingenieril, se puede apreciar más cuando se consideran los aspectos más sensibles de la construcción arquitectónica del Pabilón. Queda demostrado nuevamente en la adición al Museo de Arte de Milwaukee, pues es una síntesis tan completa de diseño e ingeniería que resulta imposible que fuera lograda por alguien no multidisciplinario, de tal manera que este énfasis en la estructura no puede ser atribuido simplemente a su formación como ingeniero, necesariamente se debe añadir su filosofía y la de otros artistas que lo presidieron y a los cuales él admira y retoma, un ejemplo es el mismo Antoni Gaudí, quien decía al respecto; prefiero sistemas estructurales en donde la forma es determinada por polígonos funiculares, que le brindan a la estructura una vaga semejanza al esqueleto de un mítico animal.
En las obras de Calatrava hasta las sombras son luminosas; la “simplicidad” en los diseños se prestan para esta intensión del uso de la luz, una característica que marca la preferencia del maestro en la estilización de materiales en donde la luz que pasa a través de estos, complementa las formas del vacío lleno, como sucede en la escultura, nada más que estas formas luminosas son enormes, así el Pabilón resulta ser una inmensa estructura cinética de hierro, conocida como la Burke Brise Soleil.
Santiago Calavera es una combinación de disciplinas, es arquitecto, es ingeniero, es matemático pero sobre todo es un artista, un maestro del conocimiento y de la imaginación. Tiene una pasión muy característica por su país. Recientemente, al ser entrevistado, resaltó que; modestamente, se podría decir que todo lo que hacemos es una continuación natural de las obras de Gaudí, mostrando su respeto por la historia del arte universal. Al mismo tiempo refiere a otros maestros de otras latitudes a los que también admira y se reconoce como fanático de la arquitectura de Le Corbusier: he visitado prácticamente todos los proyectos, y he leído todos sus libros. Fue hasta después que descubrí que él había tomado su ideología de Auguste Perret. Así que finalmente llegue al punto de origen. Además, Le Corbusier albergaba sentimientos muy nostálgicos sobre el mediterráneo; la claridad del agua, el sentimiento de lo clásico y del sentimiento de lo gótico. Así que creo entender su interés por este tipo de cosas, ya que también son elementos fundamentales para mí.
Palau de les Arts Reina Sofía, Valencia, España.
Así como la arquitectura de Antoni Gaudí se ha convertido en un icono de Barcelona, la de Calatrava bien podría convertirse en un símbolo de Valencia. Sus oficinas y despachos están concentrados en la ciudad de Zúrich. Además ha publicado un libro sobre la arquitectura de la ciudad Valencia, dicho sea de paso, algunos expertos en esta materia, consideran que el Palacio de las Artes Reina Sofía dentro de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, podría hacer de Valencia lo que el Museo Guggenheim del reconocido maestro Frank Gehry ha hecho para la ciudad de Bilbao.
La innovadora arquitectura del Palacio, de más de cuarenta mil metros cuadrados y una altura de setenta y cinco metros, alberga cuatro sitios escénicos para diferentes espectáculos de ópera, música, ballet y teatro. Dispone de plataformas voladas a diferentes alturas con paseos y vegetación ambiental, a las que se accede mediante ascensores panorámicos y escaleras situadas en el interior de las carcasas metálicas que hay en ambos lados del edificio. El contraste entre lo opaco de las carcasas de chapa de acero y la transparencia de los vastos espacios acristalados producen sensaciones cambiantes al recorrer el edificio. La forma global es lenticular desarrollándose bajo una gran cascada metálica soportada mediante dos apoyos, quedando así la zona este de la cubierta totalmente en voladizo.
El material por excelencia es el hormigón blanco, al cubrir los grandes soportes estructurales del edificio, mientras que el mosaico es el segundo material de mayor uso al revestir las espectaculares cubiertas del Palau que está rodeado por más de sesenta mil metros cuadrados de jardines y láminas de agua. El acceso se efectúa por medio de una pasarela elevada de cincuenta y seis metros de longitud ubicada en la parte oeste del edificio, a la que se puede acceder por medio de dos escaleras rampantes. Desde el lado principal se localiza la zona de taquillas y guardarropa, en donde aparecen dos corredores laterales simétricos que desembocan en el gran vestíbulo, por el que se entra directamente a la Sala Principal.
Ciudad de las Artes y Ciencias, Valencia, España
Entre los datos relevantes podemos citar los siguientes: capacidad para 1,481 plazas distribuidas entre patio y cuatro niveles de palcos, concebido fundamentalmente para representaciones de ópera. El Aula Magistral puede albergar a 400 personas, es una sala también destinada a conferencias y conciertos de cámara. El Auditorio, con una capacidad para 1,500 espectadores, fue cedido oficialmente a la Fundación que gestiona el recinto en la temporada 2007–2008. Se trata de un espectacular espacio para usos múltiples, desde conciertos de música clásica hasta mítines políticos. Finalmente, el Teatro de Cámara y la Sala de exposiciones, es el edificio adyacente al Palau e independiente a este, con una capacidad para 400 personas, nombrado Martí i Soler, es destinado para teatro, danza y música.
Aun cuando tuvo que desprenderse temporalmente del ambicioso desarrollo conocido como The Chicago Spire, la magnífica torre en forma de hélice impondrá un nuevo record de altura dentro de los Estados Unidos, cuando su construcción sea retomada y finalizada. Por otra parte Calatrava ya ha presentado sus planes para añadir una expansión a la terminal sur del Aeropuerto Internacional de Denver; un proyecto en el cual el arquitecto contempla integrar una estación de ferrocarril para pasajeros, incluyendo uno sus singulares puentes. Calatrava explica; nos han otorgado lo mejor para crear un dialogo entre los dos edificios dentro de una base contemporánea que respeta las vistas icónicas de la carpa, expresa el maestro, refiriéndose a la interacción entre sus estructuras y la terminal, la cual fue diseñada por el arquitecto Curt Fentress. El costo de la primera fase del proyecto se estima en 650 millones de dólares, que también incluirá una plaza pública que conectara con la terminal ya existente, así como un hotel de la cadena Westin para albergar hasta 500 huespedes.
Kim Day, administrador del Aeropuerto Internacional de Denver, ha dicho que se considerara una segunda fase para la terminal sur, con un costo estimado de 250 millones de dólares, que podría incluir una reorganización de las funciones existentes del Gran Hall de la terminal. Con esto, el artista demuestra nuevamente su insaciable deseo por desarrollar nuevos y revolucionarios proyectos, dedicados a la humanidad, capaces de rebasar el valor del dinero y de cualquier otra circunstancia económica.
Calatrava es un viajero del tiempo y del espacio infinito que hoy transita por aquí, planteando su propio universo.
Arq. Santiago Calatrava